jueves, 16 de abril de 2009

Mario Rivero


ULTIMA CHARLA CON RIVERO

Óscar Domínguez G.

En principio, la conversación por radio entre Mario Rivero, quien acaba de morir en olor de poesía, fue para hablar de su revista Golpe de Dados, con su entrevistador y amigo, Bernardino (Bernardo) Hoyos. Al fin y al cabo, 35 años de una revista de poesía es noticia mundial.
Pronto la charla derivó hacia Marta Pintuco, las mellizas Arias, Ana Molina, y otras mujeres de vida horizontal que alborotaron el mundo del entretenimiento en el medellinense barrio Lovaina de hace varias décadas.
En ese croché, empezaron hablando del Rivero que escribía sobre pintores como Fernando Botero y Alejandro Obregón. Pero se conseguía más plata cargando el palio que haciendo autorizada crítica que ni siquiera agradecían los artistas, quienes en una mañana pintaban cuadros que después vendían en 20 millones de pesos. Pero de poesía y crítica literaria no vive el hombre.
De Obregón escribió que es el pintor más completo que ha dado el país. Y sobre Botero “hice el primer libro sobre él en el mundo. Es un análisis morfológico de su obra. Fernando lo tiene en gran estima”, comentó el hiperbólico poeta en la entrevista a través de la Emisora de la Tadeo (106.9 FM). Es más, tuvo algunos cuadros originales de su paisano pero los fue vendiendo.
Finalmente, el envigadeño Rivero – apellido tomado del cantante de tango Edmundo Rivero; su apellido original es Castaño- se dedicó a los poemas urbanos en su casa del viejo barrio de La Candelaria, donde durante 40 años alimentó canarios y lidió con una artritis “en el cuerpo, no en la cabeza. A la edad de uno es un milagro estar parado”.
Durante la charla, Hoyos creyó ver en alguna obra del pintor Botero un gato de loza, encaramado en una cama. No hubo acuerdo sobre lo fundamental: si el gato ronroneaba en la casa de Marta Pintuco (calle Lima contiguo al Ventiadero, según el lovainólogo mayor, el cantante Jaime Hernández), o en la de las mellizas Arias. El gato guarda celosamente los secretos… No en vano, dos de ellos viven con el Papa Benedicto XVI.
Rivero apostó por el gato en casa de las Arias. Hoyos alegaba que el felino habitaba la casa de Marta Pintuco, con quien una vez se encontró en el aeropuerto de Londres. “Bernardino, ¿tú qué haces aquí?”, fue la pregunta de Marta quien le contó que andaba en el matrimonio de su hija con un inglés.
En el programa radial, Rivero dijo que Marta y sus amigas de oficio eran una maravilla. “Era una mujer de una autenticidad…. Además, tenía las piernas más espléndidas que haya dado Antioquia”. Hoyos adhirió a la descripción sobre esta Marlene Dietrich paisa que amó con todas sus aurículas y ventrículos al alemán Herbert Geithner, propietario del viejo café Metropol, en Junín, donde convivían armoniosamente los juegos del ajedrez y el billar.
Rivero, con la nostalgia alborotada, abundó en detalles: “Marta era una gran dama. A esas señoras las llamaban putas en Medellín pero eran unas señoronas”.
“Así es”, avaló Bernardino quien contó que el ex ministro Iván Duque es partidario de que alguien escriba la historia de ese viejo Medellín que se divertía en casas de bombillo rojo a la entrada. La mitad más uno del país paisa masculino dejó allí su virginidad.
Según el gigantesco Rivero, algo así como una tractomula llena de poesía, “esas mujeres querían a los hombres. Los respetaban. Si uno les caía bien, le daban el desayuno con huevo. Le decían: ‘¿Cuando vuelve, mijo?’. ¡Y no le cobraban!”.
Hoyos le adicionó picante de Santa Rosa a la historia: “Fuera de eso, Mario, si uno de pronto tenía acceso a aretes bonitos, traídos del exterior (o blusas) , pues uno hacía sus regalos de aretes, que era una regalo todavía más noble”.
La charla cayó luego en lo “prosaico”: el homenaje que se le rendía a Rivero en el teatro del Gimnasio Modero por la audacia de mantener viva e inmodificable durante 35 años, una revista cultural que tiene esta exclusividad: la mayor parte de los integrantes de su Comité de Dirección, están rigurosamente muertos. Ahora también lo está su director-fundador. Paz sobre sus poemas

(Del libro 13 entrevistas a 13 poemas colombianos [y una conversación imaginaria, de Robinson Quintero Ochoa, dibujos de Darío Villegas], Fundación Domingo Atrasado)



Motivos del día

Mario me llamo
soy mordisco al aire
soy un husmea-cosas
soy un cuenta-cosas
Todas las mañanas
siento la hoja de barba
y la caricia del agua
cuando en el piso de arriba
posiblemente
un hombre y una mujer
yacen abrazados

El la tiene en sus brazos
medio adormilada
mientras oriento mis pasos
hacia el día
Digo mentiras inútiles
y verdades inútiles
Converso con los ancianos
que descansan en la hierba
o sobre los pedestales
de los héroes
Con el buhonero
que vende transistores
o lentes para que alguien se esconda

Con las nucas
que en los colectivos
se apoyan sobre el hombro
del vecino
Con los huéspedes de las buhardillas
y las de los cuartos de las casas coloradas
con rendijas
que miran a los árboles

Llego hasta el apartado
esa ventanita al mundo
abro una carta
que tiene una estampilla
de los mares del sur
donde los pescadores
tiran varios días sus arpones
hasta dar caza al tiburón
entre espumas de sangre

Voy al parque
y violo una naranja
para no mirar a una colegiala
que hace su colección
de hojas de otoño

Soy bachiller en lentos
amaneceres en los puentes
Todos mis recuerdos
tienen el leve brillo
de una joya perdida
aunque hay momentos
que merecen repetirse
Soy un husmea-cosas
soy un cuenta-cosas
un cero grita bajo mis zapatos.

Mario Rivero

Cuál fue el verso que impulsó “Motivos del día”?
“Mario me llamo, soy mordisco al aire”. Después no fue sino contar lo que veía. […]

¿Tuvo conciencia de que «Motivos del día» narraba en secuencia, al modo del cine?
Sí. Miré mucho cine cuando era muchacho. M gustaban las películas de western, en blanco y negro, no me gustan los filmes a color. Me gustó ver Casablanca, El acorazado Potemkin, La reina africana, El halcón maltés; también todas las películas de Bogart. Seguramente mi experiencia de espectador de cine se muestra en el modo como relato mi poesía, en especial en mis Poemas urbanos....

Foto cortesía de Jet.Set